Llueve en el estadio municipal Mikel Odriozola de Beraun. Es un jueves cualquiera de un mes de noviembre donde nada especial ocurre. El Beti Ona Infantil Txiki se dispone a entrenar a las órdenes de Txema y David, toca preparar el partido contra el Trintxerpe. La derrota del sábado frente al Martutene en casa (2-3) fue una pena a la vista de lo ocurrido en el terreno de juego, donde el Beti no mereció perder pero así es el fútbol, a veces se pierde y a veces se gana. Y así en todos los deportes, sin excepción. ¿O quizás se pierde más veces de las que se gana? y es que ya lo dijo Carlo Ancelotti en su momento: “Tengo una vitrina de trofeos muy grande llena de títulos que he ganado, pero si contara los que he perdido, tendría la casa llena». Lo importante es siempre disfrutar de lo que uno hace, ir aprendiendo y mejorando, estar feliz con los compañeros y compartir momentos inolvidables. Ésto sin duda, es más importante que ganar.
Acaba el entrenamiento. Ha sido intenso, pero los jugadores lo han disfrutado. Se nota que les gusta el fútbol. Una ducha reparadora aliviará en parte el cansancio acumulado, después, el “whatsapp del grupo de padres” comenzará a echar humo como parte de su función principal: “ser la tienda de los objetos perdidos”: medias, sudaderas, camisetas…¡incluso botas!, sí, sí…botas de fútbol, que por increíble que parezca, también se quedan olvidadas en el vestuario. Así transcurre la vida deportiva de nuestros chavales, entre partidos y entrenamientos, sin darse cuenta que van creciendo poco a poco deportiva y humanamente, y no siendo conscientes, en ese momento, que su ambición también crece y que es un equipo cada vez más fuerte.
El saqueo del monasterio de Lindisfame, en el norte de Gran Bretaña en el 793, marca el inicio de la era vikinga. Provenientes de Escandinavia, noruegos, suecos y daneses vivieron de la guerra y del pillaje (también del comercio) en el siglo VII. Contribuyeron a la destrucción del imperio Carolingio y crearon el ducado de Normandía (s. X) y los reinos normandos del sur de Italia y de Inglaterra (s. XI). Los vikingos de Dinamarca y Noruega se extendieron por Occidente, pero los varegos de Suecia entraron en contacto, a través de las estepas rusas, con el imperio Bizantino y con el Califato islámico de Bagdad. Y contribuyeron a la creación de ciudades como Novgorod o Kiev (s. IX).
En el siglo VIII los vikingos colonizaron las islas Shettland, las Orcadas y el norte de Escocia. En el 836 llegaría la ocupación de Dublín. En el siglo IX llegan a las islas Faroe y sobre todo a Islandia, cuna de los aristócratas noruegos. En el año 845 los vikingos incendian Paris. En el 851 Londres. Viajeros incansables llegaron hasta Lisboa, Sevilla, Rávena, Crimea y Bagdad. También a Islandia y Groenlandia, incluso a las costas americanas cercanas a Terranova. Su ambición no tenía límites, ellos también eran cada vez más fuertes.
Al igual que el saqueo del monasterio de Lindisfame para los vikingos, el partido contra el Martutene, el 28 de octubre, marcó un punto de inflexión para el Beti Ona. A partir de ahí, las conquistas se sucedieron unas detrás de otras: Trintxerpe, Lezo, Donostia, Irun, Lesaka, Errenteria, Behobia…una racha de 19 victorias consecutivas en liga, solo superada por el equipo cadete de honor femenino de la Real Sociedad (22 hasta el momento de escribir esta crónica) en esta temporada, provocan un deleite que muy pocos equipos han conocido o conocerán. En verdad, es algo muy difícil de conseguir. La legendaria marca de 26 victorias consecutivas establecida por el Ajax de Johan Cruyff se mantuvo durante más de medio siglo. Se recuerdan también las 18 victorias consecutivas del Barcelona de Ronaldinho en la temporada 2005/2006. Las 21 victorias consecutivas del Palmeiras de Rivaldo en el 1996, las 21 de Guardiola con el Manchester City en la 20-21 en plena pandemia, las 22 del Real Madrid en 2014 o las 23 del Bayern de Munich en 2020.
Lo que es cierto es que todo lo que empieza acaba, y todas esas exitosas rachas tuvieron su final. También la era vikinga acabó con la batalla de Stamford Bridge en 1066. En esa batalla, el rey Harold II de Inglaterra derrotó a una invasión vikinga liderada por el rey Harald Hardrada de Noruega. A partir de ahí y con el avance de la cristiandad, comenzó el declive vikingo.
Por el momento toca disfrutar de lo conseguido y seguir adelante en una fase final de Copa ilusionante. No será fácil. Ya lo dijo una vez el técnico del Bayern de Múnich, Hansi Flick: “El éxito no se puede comprar, está alquilado. Y todos los días se debe pagar el alquiler».
Lo que sí sabemos es que el Beti sigue creciendo.¡Mucha suerte chavales!